La elastina soluble es una proteína natural que forma parte de las fibras elásticas de la piel y otros tejidos conectivos del cuerpo. Su función principal es proporcionar elasticidad y flexibilidad a la piel, permitiéndole recuperar su forma original después de estiramientos o compresiones. En el campo cosmético, la elastina soluble se emplea principalmente como un activo hidratante y regenerador de la piel.
Desde un punto de vista químico, la elastina es una proteína fibrosa compuesta por aminoácidos como glicina, prolina y valina. Cuando se encuentra en su forma soluble, esta proteína ha sido procesada para facilitar su incorporación en formulaciones cosméticas. La solubilidad permite que la elastina se disperse fácilmente en soluciones acuosas, lo cual favorece su penetración en la piel y su acción a nivel celular.
En términos cosméticos, la elastina soluble es utilizada por sus propiedades anti-envejecimiento, ayudando a mejorar la elasticidad y la firmeza de la piel. Se encuentra comúnmente en cremas, serums y lociones dirigidas a pieles maduras o con pérdida de tono. Además, contribuye a mantener la hidratación de la epidermis, promoviendo una apariencia más suave y flexible.